Su último cuadrangular, su última vuelta al diamante la dio un 27 de enero en el estadio Nelson Barrera Romellón, quien es un ídolo de la afición de Campeche desde el primer momento en que arribó a esta tierra que lo resguardará por la eternidad, así es amables lectores Roy Edward Johnson Meivol, partió al viaje más largo que los humanos, todos, haremos algún día.
Roy siempre reunió y tuvo de cerca mucha gente y una vez más así fue, su compadre Marco Antonio Guzmán, quien dijo que se sentía hasta su padre, porque así quería a Roy, su familia, Pancho Campos, Roque Sánchez padre e hijo, Ricardo Figueroa, Herminio Domínguez, su entrañable amigo Mike Cole, los Sulú, Adríán Vázquez, Juan Jesús Álvarez, Carlos Seavers, Benjamín, Nelson Barrera Jr., Ruperto, los cronistas deportivos y mucha gente que quería Roy le dieron el último adiós a la locomotora de Arkansas como se le conocía.
HOLA MI SANGRE…
Una frase muy peculiar de Roy, ya no la escucharemos cuando acudamos al terreno de juego y en el dogaout de los Piratas, la figura del grandote pasando la bola, terminó, muchas, muchas cosas que lo identificaba con la gente se extrañarán a partir de esta temporada cuando el número 46 ya no salga al terreno de juego.
Los que estuvimos en el estadio, dudo que no hayan dejado escapar una lágrima por Roy, porque fue una persona que se llevaba con todos y que siempre fue amable con todos, alegre, bromista y juguetón, pero siempre muy profesional en su trabajo hasta el último día.
Roy siempre reunió y tuvo de cerca mucha gente y una vez más así fue, su compadre Marco Antonio Guzmán, quien dijo que se sentía hasta su padre, porque así quería a Roy, su familia, Pancho Campos, Roque Sánchez padre e hijo, Ricardo Figueroa, Herminio Domínguez, su entrañable amigo Mike Cole, los Sulú, Adríán Vázquez, Juan Jesús Álvarez, Carlos Seavers, Benjamín, Nelson Barrera Jr., Ruperto, los cronistas deportivos y mucha gente que quería Roy le dieron el último adiós a la locomotora de Arkansas como se le conocía.
HOLA MI SANGRE…
Una frase muy peculiar de Roy, ya no la escucharemos cuando acudamos al terreno de juego y en el dogaout de los Piratas, la figura del grandote pasando la bola, terminó, muchas, muchas cosas que lo identificaba con la gente se extrañarán a partir de esta temporada cuando el número 46 ya no salga al terreno de juego.
Los que estuvimos en el estadio, dudo que no hayan dejado escapar una lágrima por Roy, porque fue una persona que se llevaba con todos y que siempre fue amable con todos, alegre, bromista y juguetón, pero siempre muy profesional en su trabajo hasta el último día.
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